lunes, 22 de junio de 2009

Sin Título

La nube dispersa atraviesa el cielo, el aleteo de las mariposas es suave melodía sin voz.
Las blancas margaritas se mecen con el viento, y unas manos nobles acarician mis adentros.
Un beso me robo el aliento, que como sello no permitió que palabras salieran de mi boca.
Tus abrazos son mi morada favorita, el sueño del que no quisiera despertar.
Tomaste mi mano, caminaste junto a mi el mismo suelo que pisamos.
Ahora pido que esto no acabe, pero como toda historia algún día tendrá su final.
Ahora solo queda respirar los sueños que nos embriagan, como bellas promesas,
esperando que no sean de cristal.

No hay comentarios: